Ángeles y soldados bajo tumba
- aidareyesalcalde
- 8 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 jun

Es negra la noche en el desierto,
tan negra como su huésped.
Me pregunto qué hago en medio de tanta muerte...
Créanme, ¡no sé cómo me llamo!
Veo epitafios y no sé cuál es el mío.
Inhóspito es el purgatorio y terrible mi memoria,
¡horror por donde se le mire!
El viento lo envuelve todo, sus cerros, las tumbas,
¿y mis manos?, sólo huesos en la tierra sin pulgares.
¿Amé? ¿fui amado? y mi alma ¿dónde está?
¿Por qué sé de batallas? ¿Por qué huelo a pólvora?
¿Les doy miedo? ¡es mejor temerme!
si hasta enmudezco cuando me miro.
¿Me suicidé o fui abatido?
La Salitrera tiene la muerte subrayada.
Dicen que los ángeles son perfectos, pero sólo veo deformidad.
¿Acaso es Dios jugando al paraíso macabro?
Somos a perpetuidad y me tiembla el cráneo.
¡Miren esta belleza! son cunas ¿y sus madres dónde están?
Lo mío es fosa común,
el pellejo es pétreo cuando se ve la coraza a tajo abierto.
Alguien susurra que estamos sepultados con nuestra bandera,
nuestro himno lo silba un ángel,
yo no reconozco de qué lado estoy,
me tiemblan los huesos.
Me duele no saber si fui soldado,
¿Acaso soy ese desconocido?
creo que fueron muchos abatidos en el desierto.
¿Esto es un corvo? La Pampa lo sabe todo,
de Pueblo a Ejército, el desierto pone oído.
Soy un NN atrapado en una fosa
y las flores de bronce son a perpetuidad.
Y tú ángel, ¿qué haces aquí?
Soy de mármol, ni para arte doy...
El viento me desplomó, el tiempo, el dolor también hizo lo suyo...
Hay almas aturdidas que se asoman,
dialogar es sabroso ¿recuerdas tu muerte?
No...
¡Yo sí!
Fueron cientos arrojados como tú en las fosas,
de vez en cuando salen en busca de...
En la noche gimen y gritan tan fuerte,
que el eco despierta a los niños en sus cunitas de bronce
y sus llantos desgarran el alma de sus ángeles,
llaman a sus padres y unidos en el tormento,
son un alarido al unísono.
Nosotros los de cal tratamos de dar consuelo,
pero créeme, somos deformes.
El abandono, el polvo, nos ha hecho perder nuestras partes (un ala o dos).
Muchos no tenemos cabeza,
igual que tus huesos perdidos,
todos hermanos en el alma penitente...
Aída Reyes-Alcalde








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